Cuando Dios te hizo mujer,
pensó que serías el verso,
que escribirían los poetas
en la nostalgia de un sueño;
recibiendo la dulzura
de los arrullos y besos,
llenos de gozo y ventura
y fragancia de tu aliento.
Cuando Dios te hizo mujer,
pensó que sólo tu cuerpo
sería poesía en el aire,
y sensación de deseo
que los hombres al mirarte;
añoran con sentimiento
en una noche de ensueño,
los besos que puedas darle.
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